En la Venezuela que resuelve, en esa, donde a su gente le comienzan a germinar las voluntades y la inventiva en pleno contexto de guerra económica se pone a todo dar, aún con casi mil sanciones, aranceles, asedios y cientos de estrategias para intentar socavar a la Revolución Bolivariana, se hace posible y en tiempo récord la idea – sueño de lo que hoy es La Universidad Nacional de Las Ciencias “Dr. Humberto Fernández- Morán”.
La necesidad de impulsar el desarrollo científico y tecnológico de Venezuela se sentía como un clamor silencioso por quienes soñaban urgentemente con una transformación social que integrara visionariamente el campo de los estudios de las ciencias básicas y aplicadas con las ciencias sociales, un lugar donde estas ciencias fuesen más cercana a su gente y se atendieran con prioridad sus necesidades. Esta urgencia, visibilizada, orientada y aprobada para la inclusión de políticas científicas en el país, fue gracias al empeño y voluntad del presidente Nicolás Maduro Moros, quien creyó firmemente en el proyecto y dio todas las condiciones para que este sueño fuese posible; Un esfuerzo integrado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología y la Vicepresidenta Sectorial de Ciencia y Tecnología, Ecosocialismo y Salud, Ciencia y Tecnología que fue tomando forma de planos, recuperando inversiones realizadas, diseñando currículos de manera paralela, para que en un tiempo sorprendente 15 meses y 3 días se logrará su inauguración.
La UNC se enmarca en la Gran Misión Ciencia, Tecnología e Innovación Dr. Humberto Fernández-Morán y se nutre en sus cinco vértices que tienen como objetivo potenciar las capacidades investigativas de la Patria, la captación de nuevos talentos, la generación de vocaciones tempranas, la formación y el desarrollo de soluciones a las necesidades propias del pueblo. Ofreciendo en esta primera etapa 12 carreras como parte del programa de pregrado y estudios avanzados. Por estas sólidas convicciones sociales que marcan un antes y un después en nuestra historia como país y, en el marco de una geopolítica cambiante y retadora, se decreta el 11 de diciembre de 2024 bajo el N° 5.055, y se publica en la Gaceta Oficial N° 6.863 Extraordinario la fundación de esta universidad que promete promover, formar y hacer ciencia para la vida.
De la idea al hecho y, orgullosamente con ingeniería, materiales y equipo criollito
Contar cómo fue la creación de esta obra desde los testimonios de sus participantes pudiera parecer que hiciéramos referencia a un proyecto de hace años y con desafíos muy complejos, pero no, en menos de dos años tenemos inaugurada en nuestro país una de las obras más innovadoras y modernas que el Gobierno del presidente Maduro se ha empeñado en ejecutar y, claro que sí hubo desafíos, pero de estos te vamos a contar a lo largo de esta crónica.
Hay que reconocer que cuando hay voluntades, fe, inventiva, disposición, optimismo, tecnologías, profesionalismo, condiciones materiales y humanas y, como muchos expresan también, cuando hay bendiciones en el lugar escogido, estas apuestas superan la acción cuando se hace de la mano de un gobierno que tributa fielmente a la generación de conocimientos en espacios comprometidos para la vida.
La idea se hizo hecho y se materializó en Los Altos Mirandinos, Altos de Pipe, en el kilómetro 11 de la carretera Panamericana, muy cerca del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), en un clima de montaña rodeado de 360 grados de monumental belleza donde se integra de manera casi perfecta, la ciencia, naturaleza, arte y arquitectura. Lo que podría parecer un imposible en plena guerra económica se logró orgullosamente con un 100% del valor agregado nacional. Entre 450 y 500 personas fueron las responsables de desarrollar la mano de obra en equipo, con ingeniería criollita, técnicos, logística, transporte, ingenieros, arquitectos, obreros, dos mil m³ de volumen vaciado de concreto, lo que se reduce a 334 camiones de vaciado. Se invirtieron casi 300 toneladas de acero de refuerzo, 500 mts de acueducto, instalación de un biodigestor para las aguas servidas que van hacia La Quebrada El Loro con su respectivo tratamiento, tanque de agua que garantizará 400 m³ para la Etapa I y II, 506 mts de construcción de carretera de unión entre el IVIC y La UNC y, desde el IVIC, se extendió unos mil metros de fibra óptica, instalación de acometida y cableado estructurado, sistema de parayos e incendio, aires acondicionados, pasillos, control y monitoreo, respaldo de planta eléctrica con la visión futura de instalar 620 mts de paneles solares para la II Etapa, materiales elegidos para su fácil mantenimiento y con durabilidad de hasta un siglo, en total, 7 mil m² de construcción se realizaron superando la expectativa del principio que era de 4 mil m² en un terreno de 22 hectáreas a su alrededor.
¿Cómo empieza todo, cómo se integra el equipo UNC-IVIC?
En este terreno de 22 hectáreas en las adyacencias del IVIC, se contaba con una edificación de dos niveles, destinada en el año 2012 para el proyecto de Universidad Alma Mater con el Convenio Cuba-Venezuela por mandato del presidente de la República Bolivariana, comandante Hugo Chávez Frías, pero lamentablemente por diversos motivos y de guerra económica esta obra no se pudo concluir; sino fue hasta que surge la misión de construir la Universidad de Las Ciencias en este espacio como proyecto clave para dar soluciones de desarrollo a las necesidades priorizadas de la población-nación. Esto quiere decir, que después de revisar varios espacios, buscar planos fundacionales (que por cierto fueron encontrados en las barricas de los trabajadores muchos meses después), realizar diferentes diagnósticos topográficos, hacer estudios preliminares, evaluar más 20 informes de recomendaciones en ingeniería realizados por un comité integrado por viceministros, ingenieros (as), investigadores (as), académicos (as), técnicos (as) entre muchos más que fueron convocados por la ministra Gabriela Jiménez y, que trabajaron arduamente para considerar la factibilidad de la ejecución, finalmente se elige este mágico lugar donde unas de sus mayores ventajas era que ya existía una inversión y que se asume con el compromiso de recuperarla gracias a la fuente de financiamiento y ente impulsor FONACYT.
J.F. Ingenieros, C.A. fue la elegida para desarrollar el proyecto
“En eso de junio del 2023, me llama la ministra Gabriela Jiménez para una revisión de áreas y factibilidad de la universidad en varios puntos y locaciones especiales en el IVIC. Este punto donde se inaugura la universidad y el más cercano al IVIC fue el que contó con los mejores criterios de posibilidad; se hicieron esquemas valorativos de lo positivo y lo negativo para lograr esta decisión”. Juana Fernández, responsable de la Coordinación de Proyecto y Gerencia de la Obra, nos comparte con mucha emoción, orgullo y agradecimiento el génesis de este extraordinario proyecto, sorprendida de las condiciones a favor que tenía el lugar por su clima, iluminación, 360 grados de sublime naturaleza y la buena energía que emana el lugar para recibir el futuro del país y de otras latitudes para convivir y generar conocimientos a las ciencias aplicadas y sociales. Nos comenta que “es un sitio muy favorable para cursar estudios, un sitio especial que convocó a que fuera construida aquí”.
De la elección del lugar al diseño colectivo
Juana nos hace referencia con mucha paciencia, al contarnos cómo fueron dándose los pasos para atender el llamado de la ministra Gabriela, que, a su vez, ese llamado venía encaminado por el presidente Maduro, compartiéndonos que después de presentar la elección del lugar y sus valoraciones, se inicia con indagar qué capacidad, qué condiciones y qué carreras se darán, todas las peticiones desde el ministerio y en coordinación con el IVIC para llevar a cabo el diseño de la universidad. En vista de que ya existían unas fundaciones y varias estructuras en el lugar, se aprovecharon para la configuración, lo que fue una gran ventaja para integrar la universidad con el área y a partir de allí iniciar la etapa de diseño y arrancar las obras preliminares, campamentos, instalación de grúas, el 15 de enero del 2024, continuando de manera inmediata con el primer vaciado de cemento el 26 de febrero del mismo año. Aquí depositaron sus moneditas de la suerte para encomendarse a lo divino y para que la obra no tuviera ningún obstáculo y de ninguna naturaleza; así sucedió, fue una obra bendecida, expresa el equipo de J.F. Ingenieros A.C.
El diseño, el cual ha tenido mucho impacto y ha dado mucho de qué hablar, ha sido inspirado en Los Altos de Pipe, en la naturaleza que lo rodea, en su fauna y flora y en los símbolos de la ciencia también como musa. Las esculturas de ADN fueron realizadas con ingeniería mecánica bajo la inspiración de la artista Marianella Ruíz; así las orquídeas que nos reciben en la entrada de la universidad, la del Dr. Humberto Fernández Morán, fue realizada en bronce por el creador Alberto Febres, así como el arte cinético compuesto por 196 piezas impresas por Fotocerámica, logrando una obra de 57 mts. También se encuentra un átomo tridimensional realizado por Parametric a cargo del realizador Luís Carias, quien también asumió la creación de los detalles de átomos, cerebro y moléculas en las bancas de concreto que nos encontramos en la planta baja.
La arquitecta Vanessa Valladares, encargada del diseño, no dudó en aprovechar y combinar materiales para dar un estilo propio, logrando al mismo tiempo la reducción de costos, para lo cual empleó la integración del granito con botellas de vidrio azul, la incorporación de una claraboya central en el edificio para optimizar el diseño de iluminación y minimizar así el consumo de energía eléctrica. También para dar continuidad a esta consecuente innovación, las aulas cuentan con una iluminación muy cálida, fachadas de vidrio que dan una mayor amplitud a la vista mientras se está dentro, se incorporaron ventanas diseñadas para la circulación del aire cruzado durante todo el día y se minimiza el uso de aires acondicionados en un entorno de montaña muy próspero; los espacios fueron trazados para una interacción dinámica y multifuncional, se instalaron pantallas electrónicas en las aulas, todo lo necesario para que las y los estudiantes puedan contar con espacios dignos, motivadores e inspiradores mientras cursan sus estudios.
El único desafío en la obra, la barrera de pilotes
“La rampa ya estaba hecha cuando nos encontramos con la barra de pilotes”, nos cuenta Vanessa Valladares, arquitecta a cargo del diseño de la obra, cuando le preguntamos cuál fue el reto más significativo durante la realización de la universidad. La barrera de pilotes, esas que se destinan para contener y proteger terrenos en laderas de montaña, a pesar de ser un avance encontrado en la infraestructura, tuvo también sus complejidades, pues se tuvieron que hacer más de 20 modificaciones a nivel de proyecto; el tipo de suelo presente fue el que llevó a repensar en colectivo todas las posibilidades. Esta y otras breves circunstancias que, a pesar de generar noches de meses sin dormir, tuvo su recompensa: un diseño de rampa que rompió con lo rectangular del edificio, combinando ondas y curvas inspiradas en la montaña para convertirla en un agradable paseo para quienes la transiten, dando menos inclinación y esfuerzo a las personas con alguna discapacidad. Esto último también se contempla en el diseño interior para la inclusión de las diversidades.
Otro desafío con el que se encuentra el equipo ejecutor fue la construcción de la vialidad que une el IVIC con La UNC, nos cuenta José Antonio Gómez, ingeniero residente del Proyecto, que se logró combinar las voluntades y estrategias con el Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y lograr así, proyectar, mover, construir e impactar lo menos posible al ambiente y vegetación. Esta carretera se hizo porque no había acceso directo a la construcción y además porque será en el IVIC el puente entre las y los estudiantes para hacer uso de los laboratorios, bibliotecas y el servicio de comedor, este último se construirá en la II Etapa de construcción que incluirá un comedor, un auditorio, una concha acústica y aulas al aire libre, residencias estudiantiles, áreas deportivas y de recreación, entre otras.
Víctor Cano, Coordinador de Infraestructura de La UNC, nos comenta que, en el año 2024, se buscó hacer algunas adecuaciones para todas las normas de edificaciones sismo resistentes en Venezuela que entraron en vigencia justo ese año pero que había sido publicada en el 2019 y no habían sido modificadas desde el año 2002, esto también generó un momento de tensión para los avances, pero se lograron realizar todos los cambios necesarios.
Fueron 280 mil m³ de material vegetal y suelo cortado, más de 22 mil cuatrocientos viajes en camión fueron realizados para destinarlos a otras obras, no se taló ni se deforestó ningún árbol, solo una especie de pino fue trasplantada, una obra que se pudiera calificar amigable para el medio ambiente.
Ahora bien, si ya compartimos los retos y desafíos que se presentan en una obra de construcción que tiene metas de alcance de culminación en poco tiempo y, que como a toda obra se les presenta, la grandioso aquí sigue siendo la cohesión de un equipo multidisciplinario que cree en el proyecto y en la filosofía misma de lo que promueve esta universidad como valor y principio.
Cada 48 horas un reporte
“En junio del 2024 a solicitud de la ministra para el Poder Popular para Ciencia y Tecnología y actual rectora de la UNC, Gabriela Jiménez, fui convocado a formar parte del equipo para la construcción de la Universidad de Las Ciencias en Venezuela. La obra había iniciado en junio del 2023, por algunas condiciones que no pudieron darse, fui citado para acompañar 24/7 la Coordinación de Infraestructura y así garantizar el avance en tiempo y forma junto al equipo ejecutor; la ministra me dice: Víctor necesito que cada 48 horas me des reporte de la obra”, con esta sorpresiva misión Víctor Cano se suma como Coordinador de Infraestructura de La Universidad de Las Ciencias “Dr. Humberto Fernández Morán”. Cano nos expresa que había una gran preocupación por parte de la ministra para que la obra no se detuviera por nada, tomando cuenta el asedio que se tiene al avance de obras en el país por las medidas coercitivas, también nos comparte que no se pudo obviar el tema gasoil, concreto, entre otras dificultades que se nos presentaron, pero que se fueron resolviendo con tesón, lucha y empeño de todo el equipo que hace vida en esta universidad, la empresa privada y Gobierno.
Por esta suma de esfuerzos y motivaciones, la universidad para la vida, el 28 de agosto recibe la primera visita del presidente Nicolás Maduro y, en menos de tres meses y medio la obra ya estaba casi en su totalidad para ser inaugurada el 12 de diciembre del mismo año. “Ya no es un render, es una realidad”, el concepto llegó y se entendió, ahora toca la gran misión, caminar hacia la comunalización de la ciencia orientada a la innovación social y territorial, esta innovadora creación en un contexto de retos globales que suma a la ciencia y tecnología a un papel significativo para la construcción de una nueva ética social que ponga los derechos humanos y de toda existencia de vida en el centro de la humanidad.
Se hizo posible la idea, llegaron 518 aspirantes de varios estados del territorio nacional, de los cuales 109 se les garantizó residencia y, se espera que para septiembre de este año, la universidad cuente con 209 residencias, esto para garantizar el sueño, la construcción y el hacer juntas y juntos una nueva forma educativa, donde los próximos científicos, científicas, innovadores, innovadoras, tecnólogos y tecnólogas de Venezuela se inventarán en la Universidad Nacional de las Ciencias Dr. Humberto Fernández-Morán. Esta nueva alma mater, creada por el presidente Nicolas Maduro Moros, es una invitación para la creación, el debate de ideas, el arraigo de nuestras identidades, la defensa de la Patria-Nación y para elevar al máximo nivel el conocimiento en favor de nuestro bienestar y la de los pueblos del mundo.
Mincyt/ Prensa UNC/ Carimar García Fernández
