Doctor en Química y especialista en Proteómica, este carupanero con casi quince años dedicados a la investigación es el jefe de la Unidad de Planificación para la Formación Continua de la Universidad Nacional de las Ciencias “Dr. Humberto Fernández-Morán”, un área en la que recae la responsabilidad de escoger los mejores perfiles de profesores para las carreras que se dictarán en esta casa de estudios, así como velar por su formación continua a través de talleres que garanticen dotarlos de todas las capacidades docentes para cumplir con éxito su trabajo con los estudiantes.
–¿Cómo llegas a la Unidad de Planificación para la Formación Continua de la UNC?
–Yo llego a esta Unidad básicamente porque participé en la creación de la malla curricular de la carrera de Biotecnología. Al pertenecer al Centro de Biotecnología Agrícola del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) éramos los más indicados para aportar en la creación del programa y materias de esta carrera. Estuvimos trabajando más de dos años tanto en la licenciatura de Biotecnología como en la maestría y el doctorado. Este trabajo me permitió aportar también en programas de otras carreras y llego aquí (a la Unidad) para formar parte de la planificación y la calidad docente. La responsabilidad dentro de esta unidad implica desde poder tomar la decisión en cuanto a los perfiles de los profesores, que sean los más adecuados; desarrollar talleres de formación para los profesores; hasta la creación de horarios en la universidad, asignación de aulas, preparar el curso introductorio universitaria y del primer año de carrera. Esta es una unidad que impacta no solamente al docente sino también al estudiantado.
Apagando incendios pero en la química
Cedeño, nacido en 1988, asegura estar a sus 37 años en el mejor momento para aportar todas sus capacidades a la universidad. Tuvo sus primeros contactos con la química a los 9 años de edad con un juego que le regaló su padre. “No sabía mucho de esta ciencia, pero tenía curiosidad, y este juego de experimentos sencillos de química para niños me enamoró”, relata.
Desde muy temprano el primogénito de seis hermanos decide no continuar con la dinastía de comandantes de bomberos que iniciaba en su familia paterna, y se sumerge en este mundo de la ciencia. “Mi experiencia con química en bachillerato fue muy buena. Siempre tuve muy buenas calificaciones. Y mis profesores, al verme tan interesado, me impulsaban a que me vinculara a una carrera científica”. Por esto, al tener que escoger sus opciones de estudios al momento de presentar la Prueba de Aptitud Académica del Consejo Nacional de Universidades (CNU) la tuvo fácil: Química, Física y Bionálisis en la Universidad de Oriente, en su sede de Cumaná.
Para su sorpresa queda en su primera opción, la licenciatura en Química, y, al terminar el bachillerato se va directo a estudiar. Cedeño recuerda esta etapa universitaria como una de las mejores de su vida.
A los 23 años de edad se gradúa con uno de los mejores promedios y es convocado por las autoridades universitarias para impartir clases en dos de las materias del primer año de esta carrera: Química I y Química II; pero al año de estar ahí decide que es momento de hacer su postgrado y se muda a los Altos Mirandinos para hacer su doctorado en Química en el Centro de Química del IVIC.
“Una experiencia muy diferente a la universidad”, acota. “Un instituto enfocado en la investigación, y docentes con mucha calidad humana”. Así, este joven de Macarapana, su pueblito amado siempre verde, bendecido por su río El Chuare y de gente muy alegre, recuerda su paso por el doctorado.
–¿Qué es la Proteómica y cuáles son las líneas de investigación que están a tu cargo en esa Unidad?
–La Proteómica es el estudio de las proteínas en gran escala. Anteriormente, en la bioquímica clásica, el estudio de las proteínas era puntual. Se aislaba una proteína y se realizaba la secuenciación compleja de esa proteína, pero eso tenía algunas implicaciones. La proteómica vino a rescatar la era moderna de las proteínas con las ómicas, áreas que están englobadas dentro de la biología de sistemas, donde se involucran el estudio de los genes, el estudio de los transcriptos, de las proteínas y metabolitos.
“En esta Unidad, única en el país, contamos con una infraestructura muy avanzada en donde se conservan proteínas, se presta soporte instrumental y servicios. Todos nuestros proyectos apuntan a aportar y apoyar a los demás laboratorios de investigación. En la actualidad trabajamos con el Laboratorio de Sanidad Animal, con el de Mejoramiento Genético de Plantas y con el de Nutrición y Alimentación Animal. En el Laboratorio de Nutrición y Alimentación Animal, por ejemplo, está en marcha una investigación para identificar y categorizar proteínas de leche de cabra. La línea va en producir nuevos alimentos funcionales con características interesantes para el consumo humano”.
–¿Cómo evalúas esta etapa actual de tu carrera?
–Yo creo que estoy en el mejor momento de mi carrera. Soy investigador del IVIC, jefe de un laboratorio y ahora soy parte de la Universidad Nacional de las Ciencias. En este momento quiero aportar a la universidad todo lo que pueda de mi capacidad. Veo a estos chamos que llegan a la UNC y me reflejo en ellos cuando mis comienzos en la Universidad de Oriente y el IVIC. Con muchas emociones. Me da mucho sentimiento porque uno se refleja en un joven con aspiraciones, que quiere hacer cosas.
Prensa – La Inventadera